Se me acerca un niño y me dice:
- Maestro se me ha caído un diente.
- Vale, no te preocupes, enjuagate y esta tarde llama al Ratón Pérez.
- ¿Cómo lo llamo?
- Mira, sal al patio y tienes que decir tres veces y lo más fuerte que puedas: Ratoncito Pérez, Ratoncito Pérez, se me ha caído un diente. Y seguro que viene.
Al día siguiente, me busca el niño y me dice:
- Maestro, salí al patio y llamé al Ratón y me trajo más cosas que otras veces.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
oh que alucinante
ResponderEliminarQue inocente.
ResponderEliminar