Un día en clase me llega un alumno rumano que no entiende nada de español. Para que comience a integrarse en la clase y pueda jugar con los compañeros, me dirijo a otro alumno que ya tenía en clase y que sabe español muy bien (este alumno es muy rubio, piel muy blanca, ojos claros), y le digo:
- Mira, tú me vas ayudar hoy, al compañero nuevo le traduces los juegos para que pueda jugar con nosotros.
A lo que el alumno me mira con cara de asombro.
- Sí hombre, le explicas en rumano los juegos.
El alumno me vuelve a mirar con mayor asombro aún.
- Tú le dices en rumano las reglas y las normas.
Ya el alumno viendo que se lo tenía que explicar, me dice:
- Maestro es que yo soy polaco.
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