LLegamos al gimnasio y nos encontramos el picaporte de la puerta suelto, casi caído, pues la pieza que lo aguantaba se salió; por este motivo mando a un alumno por un martillo y mientras ellos jugaban le di unos golpecillos para arreglarlo:
- Maestro, ¿para qué es el martillo? (me pregunta un alumno que me lo vio en la mano)
- Para arreglar el picaporte de la puerta.
- Maestro, tú que eres ¿arquitecto?
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