Una vez terminada la clase de educación física, subimos la escalera para volver a clase y en ese momento me avisan unas niñas que en la pista hay chaquetas que no han recogido los compañeros, a lo que rápidamente contesta un niño enfadado: "Cállate niña, no le digas nada, que la he dejado queriendo para salir en la otra clase".
(Anda que si este alumno pusiese las mismas ganas en los libros... sería un fenómeno).
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